La experimentación y coexistencia de modalidades de tipo socializador, mutualista (Anarquista: Proudhon), colectivistas anárquico (Anarquistas: Bakunin-R. Mella), comunista libertario u comunismo anárquico (Anarquistas: Kropotkin- Malatesta), cooperativistas (no comercializadas), etc., a la escala local, comarcal, regional o nacional, puede ser posible, dentro del sistema libertario, salvaguardando el principio anárquico esencialmente antiautoritario, fundamentalmente autónomo y federalista. Y máxime si se entiende, como es lógico libertariamente, que la evolución humana y la de las formas sociales no se estanca y que ninguna estructura económica podría considerarse definitiva e inmutable. 

Crear siempre más libertad, más bienestar, más abundancia de todo, mayor perfección, y las más óptimas condiciones para el pleno desarrollo del individuo, del grupo social, del conjunto humano, tal debe ser la orientación y el fin de la sociedad anarquista, de la organización social y económica libertaria.