Texto de A. M., compañero militante del SOV de Murcia de CNT-AIT
Año 1910. Finales de Octubre. Principios de Noviembre. En Barcelona se celebra un gran congreso libertario, el segundo del sindicato catalán Solidaridad Obrera. Aunque ya es otra cosa. Tiene un carácter nacional y constituyente. De hecho, son invitadas todas las sociedades obreras de resistencia de España, sociedades que no querían integrarse en la UGT por no compartir esta los postulados del sindicalismo revolucionario y que son las que realmente impulsan la creación del congreso, plasmando la necesidad de una organización nacional. Se dan cita 126 delegados representando 106 agrupaciones de resistencia, 34 de ellas de fuera de Cataluña, junto a 7 Federaciones Locales. Otras tantas agrupaciones no podrán asistir por falta de medios. El congreso transforma Solidaridad Obrera en una nueva organización de corte únicamente anarquista. No quieren estar vinculados a la política. Ni izquierdas ni derechas. Nada. Solo anarquismo. Sindicalismo puro. Defensa a ultranza de los derechos laborales. Se fija la sede en Barcelona y a Josep Negre (último secretario general de Solidaridad Obrera) como su primer secretario general. Acaba de nacer la Confederación Nacional del Trabajo.
Las dificultades no son pocas desde antes incluso de su concepción. La misma fecha del congreso y las circunstancias adversas que la rodean constituyen un escollo. Fechada para Septiembre de 1909 y aplazada un año por los sucesos de la Semana Trágica se convoca nuevamente para el 30, 31 de Octubre y 1 de Noviembre del año siguiente en el Palacio de Bellas Artes. La dura represión genera una desafiliación en masa. Aun así, asisten al Congreso alrededor de 11000 afiliados. Obreros luchadores, visionarios e idealistas. Obreros que impulsarán la creación de este congreso porque han llegado a la conclusión irrevocable de que deben cambiar de estrategia para conseguir resultados reales. Para que las aspiraciones libertarias no sean pura retórica o conatos de rabia expresados con bombas o en manifestaciones violentas de carácter exiguo y esporádico incapaces de materializar nada.
A pesar de la supremacía anarquista la CNT estaba abierta a toda la clase obrera respetando las ideas divergentes de compañeros que también se presentaron. Reformistas que en su mayoría eran socialistas de UGT (siendo conscientes de la imposibilidad de una UGT fuerte en Cataluña) intentan practicar una clara estrategia de entrismo para que la nueva organización fuese posteriormente absorbida por la central socialista. Les sale el tiro por la culata. Como es obvio tras el rechazo de sus propuestas abandonan el sindicato, aunque una minoría, “cenetistas pero no anarquistas” que comparten valores y métodos se mantienen.
Muchos puntos son tratados y debatidos. El bosquejo orgánico e ideológico de la anarcosindical va surgiendo. Se aprueba su creación como Confederación antes que como Federación de Sindicatos dando pie a la existencia de las Comarcales y Regionales. La solidaridad pasa a ser el vínculo y elemento básico tal y como establece en su primer artículo. La funcionalidad del sindicalismo revolucionario que debe cristalizar queda patente y clara: desarrollo del espíritu de asociación (defensa), preparar el camino de la emancipación (mejora) y tomar los medios de producción y consumo (ataque). Un medio de lucha y no un fin. Ya no se habla de resistencia. Se habla de destrucción del capitalismo. La educación pasa a ser fundamental y motivo de preocupación, tanto como elemento de conocimiento del sindicalismo como a nivel pedagógico para intentar formar a los analfabetos obreros. La premisa es clara. Sin obreros instruidos es muy difícil conseguir una transformación social.
Quizás el punto más importante de todo el congreso se encuentra en el artículo 2:
“… la Confederación y las secciones que la integran lucharán siempre en el más puro terreno económico, o sea, en el de la acción directa, despojándose por entero de toda injerencia política o religiosa”.
Queda claro el campo de actuación, el apoliticismo que enarbolará como bandera durante toda su existencia y sobre todo el método (la acción directa), que aparte de la huelga general añade armas como el boicot o el sabotaje.
Bebe de la Primera Internacional de 1864 y hace suyo el lema: “La emancipación de los trabajadores ha de ser obra de ellos mismos”. Nada de líderes obreros ni sindicalismos de base múltiple. También la influencia del sindicalismo francés es palpable desde las primeras resoluciones del congreso:
“Que se constituya una CGT española, integrándola temporalmente todas aquellas sociedades no adheridas a la UGT en condición de que una vez constituida la CGT española se procure llegar a acuerdo entre las dos federaciones, a fin de unir a toda la clase obrera en una sola organización”.
Tanta es dicha influencia que en los primeros momentos la Confederación es llamada indistintamente General o del Trabajo. Es reseñable sin duda que la recién nacida CNT no sólo no teme las medidas que pueda tomar UGT contra las aspiraciones de la nueva organización, sino que aspira a una futura unión de las dos en vista a la construcción de un gran sindicato.
No acaba aquí la cosa. Son días de infinitas sesiones. De maratonianos debates. Hay mucho por acordar, consensuar y poner en orden. Se ratifica y se enmienda. Se viven acaloradas discusiones. Pero sobre todo se da cabida a la creencia firme de la posibilidad real de conseguir la soñada y anhelada emancipación social. Así lo refleja el periódico Solidaridad Obrera que pasará a ser órgano de propaganda:
“De hecho glorioso en los anales del proletariado español puede calificarse el Congreso Obrero Nacional celebrado en los días 30 y 31 de Octubre y 1 de Noviembre en el Palacio de Bellas Artes. Un hálito vivificante de emancipación ha creado las asambleas de este Congreso, haciendo entrever, aún a los más descreídos, que la emancipación humana es fácil y hacedora si para su concepción aúnan sus esfuerzos todos los explotados.”
El congreso no para. Sigue perfilando la figura de la gran Confederación. Se aprueba la autonomía del sindicato, base de toda la estructura. Dado que aprueba como criterio, la agrupación por oficios o profesiones así́ como la Federación de Oficios, se deja una puerta abierta a la futura formación de Sindicatos de Industria, es decir, a todos los oficios pertenecientes a un mismo ramo o industria. Esta nueva fórmula sindical supera la etapa de las sociedades obreras y preparaba al sindicalismo para el nuevo modelo de sociedad en el que se desarrollaba.
Para extender y desarrollar la CNT por todo el territorio se aprueba la participación de excursionistas de propaganda, dotando al sindicato de fondos para sufragar los viajes. Una vez llegasen a su destino se acuerda que el resto de las sociedades obreras costease a los excursionistas. Como enemiga acérrima de la propiedad privada que es la CNT también se habló sobre el abaratamiento de los alquileres, que ahogaba a la clase obrera, sentando las bases de los futuros sindicatos de inquilinos. Además, acordaron como objetivo la implantación de la jornada de 8 horas, cosa que conseguirán durante la huelga de la Canadiense bajo la batuta de Salvador Seguí nueve años después.
Otro tema a tratar fue la necesidad de extender la CNT entre las mujeres obreras. Aunque en lenguaje paternalista, se adoptó una resolución en la que a pesar de considerarlas físicamente inferiores al hombre se hacía una primera critica a la doble explotación (económica y doméstica) que sufren y que se convertiría en bandera de reivindicación para el movimiento libertario en el futuro:
“Entendiendo esta ponencia que tan explotados somos los hombres como las mujeres, pues no se oculta que la mujer, la doblemente esclava, a la que tenemos el ineludible deber de educar hoy, para que ella, asimismo, pueda educando también formar los cerebros de los hombres del futuro, de los encargados de la conquista de la sociedad futura, siendo una realidad lo precedente, no puede por menos entender que es imprescindible que la mujer se organice, pero teniendo en cuenta que no debemos centralizar los procedimientos, creemos mejor que esta labor debe dejarse encomendada a aquellos compañeros que formen grupos excursionistas de propaganda.”
En esa línea las propuestas contra la explotación femenina fueron la igualdad de salario para con el hombre, el deber por parte de las agrupaciones cenetistas de comprometerse a hacer una campaña activa para asociar a las mujeres y disminuir las horas de labor y no permitir bajo ningún concepto el trabajo un mes antes y después del parto. El peso de figuras como Teresa Claramunt (aunque no llegó a participar en este congreso) se hacen sentir a la hora de plantear la temática y las mejoras.
Hoy, a 110 años de su constitución, la CNT-AIT se mantiene en pie no sin dificultades y sin tener que hacer frente a la difícil coyuntura actual, siendo la organización que, actualmente, continúa encarnando los principios, tácticas y finalidades que inspiraron su creación en 1910. Sin subvenciones por parte del Estado, sin liberados, mediante el asamblearismo como manera de tomar decisiones, la acción directa como la principal línea de actuación y la libre asociación, así como el apoyo mutuo entre los trabajadores tanto a nivel nacional como internacional, son las bases del funcionamiento de esta organización histórica, obrera y anarquista, que hoy conmemoramos desde nuestra militancia. Una militancia activa, despierta y comprometida, que es la que priorizamos frente a la mera afiliación.
“Con una mano sujetamos las urgencias, con la otra acariciamos las utopías.”
María Galindo. Anarquista y feminista boliviana.
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